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La vuelta (2): #VueltaSegura

La vuelta segura es sinónimo de inversión, pero también de prioridades. Reducir, por ejemplo, el enorme gasto militar o saber invertir los millones del pacto conseguido en la UE. Pero, además, es cuestión de sentido común y parece que el refrán de que es el menos común se está demostrando claramente en este asunto.

Para volver de manera segura deben darse una serie de condiciones que, al menos, den unas ciertas garantías.

La primera es invertir para reducir ratio, asegurar distancias y reducir la brecha cultural-digital (sin entrar ahora en que en realidad sólo podemos hablar de injusticia social o de brecha eonómic), algo básico y fundamental tanto para la situación de emergencia que se nos viene encima como para darle por fin a la educación el papel prioritario que, pienso, le pertenece.

La segunda, tener claro que este curso debe ser diferente y debe primar lo emocional sobre lo simplemente académico.

La tercera es la necesidad de mayor coordinación docente para desarrollar metodologías activas, flexibles y con utilización del aprendizaje digital y de una mayor formación de la comunidad en el modelo semipresencial, mixto o blended learning.

La cuarta, realizar un esfuerzo mayor a favor de la inclusión, se siga el modelo que se siga.

Y la quinta, replantear la conciliación familiar cambiando el modelo de cuidados y planteando alternativas a la vía actual que tiene a la Escuela como única alternativa.

Para ilustrar todo esto os dejo una infografía con un decálogo para la #VueltaSegura:

No hacerlo así, no haberlo trabajado desde marzo o, al menos, desde mayo o junio, es y será un gran fracaso político, social y sanitario de nuestras administraciones que pagaremos muy caro y que tendrá consecuencias muy graves. Porque…

No se puede volver de cualquier manera y porque sí.

No se puede utilizar a las familias para esconder el fracaso en la gestión educativa.

No se puede estigmatizar a unos docentes y unos equipos directivos que están siempre al pie del cañón.

No se puede limitar la respuesta a una actitud de «lavarse las manos» pensando que teniendo simplemente unos protocolos burocráticos se puede solucionar este grave problema. Porque todo el que conoce cómo funciona un centro sabe que no se pueden cumplir. 

No se puede volver si no se aceptan modelos flexibles de organización según las condiciones y el contexto de cada centro donde se lleguen a acuerdos con las familias para posibles soluciones (desdobles mañana y y tarde o presencial y semi o no presencial o por niveles, etc.).

En definitiva, que tal como está planteándose el tema no se puede asegurar una vuelta sin riesgo y con garantías suficientes y, por tanto, más vale que empecemos a buscar otras alternativas a la presencialidad en las aulas porque este curso no se va a poder llevar a cabo en condiciones mínimas de seguridad ni de formación porque vamos a estar más tiempo pendientes de geles, mascarillas o distancias que de las tareas de aprendizaje.

AUTOR

Manuel Jesús Fernández

Todos los relatos por: Manuel Jesús Fernández

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