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Sí, se puede hacer

Llevo mucho tiempo defendiendo un modelo de Escuela que se parezca a un centro o laboratorio de I+D+i y una evaluación que sea coherente con dicho modelo y donde el alumnado sea capaz, de manera práctica, de demostrar y explicar lo que aprende. Por eso, llevo realizando desde hace tiempo y de una manera poco sistemática (hay que confesarlo) trabajos de final de etapa o de curso.

Hace tiempo los hacía en 2º de bachillerato en Historia de España, pero el cambio de prueba de acceso y el aumento del temario hizo más imposible salirse de ese estrecho camino, más bien carril o vereda, que marca ese nivel. Sin embargo, después de la experiencia de este curso, el año que viene voy a plantear hacer un trabajo final sobre el tema de la transición. También, el curso pasado hice el TFS, Trabajo Fin de Secundaria, de 4º de ESO.

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Este curso hemos realizado el TFB (Trabajo Fin de Bachillerato) en la optativa de Patrimonio Local de 2º de Bachillerato y estamos realizando el TFC (Trabajo Fin de Curso) en  Geografía de 3º de ESO. El planteamiento de ambos ha sido my parecido: trabajar distintos temas visto durante el curso y crear un Site para ello, hacer un vídeo resumen y explicar en clase tanto el proceso como el resultado.

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Y la experiencia tiene diferentes aspectos a analizar. El primero, que se trata de una experiencia aislada y poco sistemática ya que es una iniciativa y una apuesta personal por este tipo de trabajo y de evaluación por lo argumentado al inicio de la entrada y no es una apuesta de Centro, de área o de departamento. El segundo, como consecuencia del aspecto anterior, es que el alumnado se siente al principio un poco perdido ya que no se le evalúa con exámenes tradicionales y estudio memorístico sino que se le pide que demuestre las competencias desarrolladas a lo largo del curso, que aplique lo aprendido, que sea autónomo y creativo. Y, por desgracia, como todos sabemos, no están acostumbrados. Y, el tercero, es que poco a poco se van adaptando y aceptando el reto y comprobando cómo pueden aprender y ser evaluados de otra forma, trabajando sin agobios y a su ritmo para ir cumpliendo los plazos y las condiciones de contenido y formato.

Teniendo en cuenta todo esto, pros y contras, está claro que en la Escuela actual no es fácil desarrollar un modelo de trabajo, aprendizaje y evaluación que iría acabando con tradiciones y estructuras de funcionamiento muy arraigadas y más cómodas y que, como en todo cambio educativo, sería mucho más fácil y efectivo si fuera un modelo establecido por cada centro y que fuera así desapareciendo la semana de exámenes y se diera paso al mes de los trabajos finales. Y creo que ahora que llegamos al final de curso es un buen momento para plantearse alternativas a un modelo caduco y poco efectivo. Repito, no es fácil. Pero mientras…, sí, se puede hacer.

AUTOR

Manuel Jesús Fernández

Todos los relatos por: Manuel Jesús Fernández

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