El viernes, en Málaga, comienza el séptimo encuentro de docentes de ciencias sociales. El séptimo, sí. Parece mentira, pero aquella loca idea de Jose Luis Redondo, ausente ahora de las redes y del entorno del encuentro, pero siempre en nuestro corazón, se ha ido consolidando y, después de Lebrija, Cordoba, Merida, Valladolid, Madrid y Valencia, nos vemos muy pronto otra vez.
No quiero contaros en esta entrada su programa, que podéis ver en su magnífico Site, sólo quiero expresar lo que supone mantener viva la llama de un encuentro de docentes, organizado casi sin respaldo institucional, ni empresarial, alguno, pero con toda la ilusión de docentes que quieren aprender y mostrar sus experiencias, hablar de educación, didáctica, metodología, evaluación, y de cosas más cercanas y personales, de manera horizontal y que muestran su gran profesionalidad y entrega a las Ciencias Sociales. Sí, ese área que se ha vuelto más imprescindible que nunca en los tiempos que corren, de grave amenaza sobre los derechos humanos más básicos y de colapso del planeta, y con la que podemos colaborar para evitar los desastres que se nos pueden venir encima, si es que no los tenemos ya encima y aplastándonos.
Además, como ha pasado con estos eventos educativos, y lo hemos vivido hace poco en el EABE de Sanlúcar, hace más de dos años (desde finales de febrero de 2020) que no nos vemos, y recuperar el encuentro supone mucho para sus organizadores, sus participantes y para el propio encuentro, que no ha perdido el interés a pesar de esta travesía tan larga y pesada que hemos surcado todo este tiempo.
Desde aquí, por tanto, mi agradecimiento al grupo de organizador@s, a las instituciones que han apoyado la idea, a nuestra querida Garbiñe Larralde por el maravilloso cartel que nos ha regalado y a quienes volverán a reencontrarse en Málaga. Seguro que faltarán muchos y muchas docentes de ciencias sociales que no puedan venir, algunos por no haberse enterado, otros porque les ser muy complejo por muchos motivos, pero desde aquí, también, quiero rendir un homenaje a nuestro compañero Angel Ramos, uno de los fundadores y uno de los ninfos del encuentro y que no podrá estar en Málaga, Un abrazo, Ángel.
Nos vemos en Málaga.
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