Durante este curso, como sabéis, estamos desarrollando el proyecto El Cangrejo en Historia del Mundo Contemporáneo de 1º de bachillerato. Sí, hemos ido para atrás y estamos terminando diseñando series históricas como proyecto final. Pero, además, volvemos a aterrizar en la actualidad: ayer celebramos elecciones en clase.
Haciendo honor a la filosofía del proyecto, volvamos hacia atrás para entender los motivos de la actividad. Durante el curso han existido debates sobre el precio de la energía, la guerra de Ucrania, república o monarquía, etc., que me han hecho ver lo despistad@s que están en muchos aspectos y, por lo tanto, lo engañad@s que están o pueden estar. Por ello, me planteé hacer una actividad donde tuvieran que elegir entre dos opciones, no entre los partidos actuales sobre los que tienen unos prejuicios importantes, sino entre dos opciones contrapuestas que reflejaran dos concepciones antagónicas en aspectos cercanos: becas, educación, sanidad, salario mínimo, pensiones, precios de la energía, igualdad, etc.
Estaban nervios@s, querían saber eso de las elecciones qué era y cómo era, pensaban que iban a elegir entre partidos, los del otro grupo de 1º quisieron participar por la intriga que suponía ya que ningun@ sabía nada puesto que yo no había explicado cómo iba a ser. Me reservaba para ayer.
Les repartí la papeleta de voto con las dos opciones que podemos ver en esta imagen y este enlace
Y les expliqué la dinámica: ver la oferta electoral de cada partido, resolver dudas, elegir una opción y salir a la puerta de la clase donde estaba la mesa electoral con la urna y la secretaria de la mesa (la alumna más joven del grupo) para señalar la opción elegida en la papeleta y votar. Una vez realizada la votación, procedimos a contar los votos y el resultado fue el siguiente:
El partido W obtuvo 3 votos (13,6%) y el partido Z tuvo 19 votos (86,4%) quedando como claro ganador de las elecciones.
Hubo muchos comentarios y un debate muy interesante, pero lo que me llamó más la atención, y lo que creo que debe servirnos como una reflexión muy interesante y muy clarificadora como sociedad y sobre todo para hacer reflexionar a los partidos actuales, es que muchos comentaron que por qué no se decían las cosas así de claras en la realidad, sin dar tantas vueltas, sin necesidad de programas electorales enciclopédicos que aburren y no se entienden. También comentaron que no había una opción intermedia pero en el mismo debate sobre esa aportación se dieron cuenta que no puede haberla, que, por ejemplo, si apuestas por la sanidad privada, no puedes reforzar la pública y se dieron claramente cuenta que hay dos claros modelos sociales, el neoliberal que quiere desmantelar el «estado del bienestar» y el que apuesta por mantenerlo y reforzarlo. El que quita derechos bajo el suave manto de una bandera y el que los mantiene, refuerza y amplía.
Fue una gran clase. Fue un gran resultado.
(Nota personal: que se repita algo parecido el domingo 19)
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