Como comenté en la anterior entrada referida al IV Congreso de UcoeRM, planteé varias cuestiones al numeroso público asistente con la aplicación Mentimeter que vamos a analizar aquí.
Lo primero que tenía que plantear para conocer a qué público me dirigía era sabér qué idea tenían del flipped classroom. Y la cosa, todavía, a pesar del tiempo, sigue estando muy repartida, aunque se ha avanzado mucho puesto que un 61% sabe o cree saber lo que es.
Después, vimos por qué es necesario un cambio de enfoque del aprendizaje y qué hace falta para ponerse manos a la obra. Destaca claramente la palabra motivación, seguida de formación, innovación o ganas. Como vemos las respuestas son muy variadas, pero todas parten de la necesidad de un cambio por parte del docente. Como anécdota, destaqué en ese momento, la palabra FE; primero, porque salía dentro de la letra “a” de motivación y, segundo, porque creo que define bien lo que necesitan los docentes para cambiar: fe, en el sentido de creer, en lo que hacen y fe en esa necesidad.
La siguiente cuestión era relativa a que destacaran una de las necesidades que yo les planteé que tenía el flipped. Como vemos, destaca sobremanera el diseño de actividades y escenarios de aprendizaje como lo más necesario para hacer flipped y desarrollar metodologías activas.
Lo siguiente fue hacer lo mismo, pero eligiendo entre las implicaciones que les comenté que suponía poner en marcha la clase al revés. En este aspecto también destaca claramente el desarrollo de metodologías activas como la implicación más importante del desarrollo del flipped, lo que da una idea de cómo han captado el cambio que supone el aprendizaje inverso.
Para ir terminando, les pregunté si se animaban o se apuntaban al flipped. El resultado lo dice todo. Es para estar satisfecho de la posible cantera que tenemos delante para el futuro de este modelo.
Y, finalmente, le planteé que pensaran en algún tema o proyecto que pensaran que pudieran desarrollar utilizando el aprendizaje o la clase inversa el curso que viene. El resultado es dispar, porque aparecen respuestas con el planteamiento que yo les comenté, pero también otras sobre qué tendrían que hacer para usar flipped y otras fruto un poco de cansancio. El resultado está en este enlace.
En fin, actividades que sirvieron para mantener la atención y fomentar la participación del público dentro de un formato que se prestaba poco a ello y para sacar conclusiones sobre el conocimiento que se tiene del flipped classroom, sobre lo que los docentes ven necesario para desarrollar el cambio educativo, sobre lo que estiman necesario e importante para ello y sobre la voluntad de llevarlo a cabo, incluso con propuestas concretas.
Desde luego, para mi y para los asistentes (me lo comentaron al salir) fue una experiencia que rompió con lo esperado y sirvió para ir entendiendo mejor el aprendizaje inverso y lo que este supone. Seguimos con el proceso imparable de cambio educativo.
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