paradoja

De la queja a la acción

Volvimos ayer. Emociones, reencuentros y desvirtualizaciones y charlas y charlas sobre educación nos han envuelto en un open genial. Por la organización, por la participación, por las perspectivas abiertas. Y por la gente. Por ese grupo cada vez más numeroso de docentes que entienden la Escuela como un lugar donde aprender en comunidad y para la comunidad, para la vida y no para PISA.

Del fin de semana me gustaría destacar una serie de paradojas.

  • Necesitamos avanzar pero nos quedamos en la queja y la terapia de grupo. Cuando nos reunimos para proponer entramos en una especie de bucle de la queja continua: «estoy sólo…», «la administración…», «la dirección…», etc., y no salimos de él. Tendríamos que tener una actitud mucho más de proponer que de quejarnos. No es fácil, pero nos reunimos para buscar alternativas y nos quedamos en la queja.
  • Necesitamos formar equipos pero no sabemos cómo hacerlo ni qué equipos o comunidades hay. Tenemos la sensación y la certeza de que en equipo se consiguen más y mejores cosas, pero también de que estamos como aislados en nuestros centros, en nuestras localidades, etc., y no salimos de este bucle. No conocemos ejemplos y seguimos algo perdidos, queriendo hacer cosas pero sin saber qué hacen otros que pueden guiarnos o servirnos de modelo y seguimos, por tanto, con la sensación de soledad. Y algunos de «francotirador».
  • Necesitamos redes y no estamos en la red. Necesitamos formar equipos de centro, de materia, de intereses, pero muchas veces no sabemos qué existe en otros lugares. Necesitamos el boca a boca de centro y local, pero sobre todo, los docentes necesitan estar enredados, con hilos físicos y virtuales, que nos hagan mejores, mas fuertes y más decididos.

Pero, también, y sobre todo, certezas.

  • Hay equipos que funcionan, que encontramos en la red o en los open y que nos acogen y nos ayudan a crear estas redes y comunidades de docentes necesarias para asentar el cambo educativo y reducir la sensación de aislamiento que se pueda tener. En el open hemos visto Hilos para Educar, pero hay muchas más. En red.
  • Hay cantera. Ya, desde el EABE de Córdoba estamos viendo cóm crece la cantera de docentes eaberos. Gente joven, muy preparada y decidida y con las cosas muy claras.
  • El EABE crece, cambia y se extiende. Es el EABE líquido, siguiendo la metáfora del desparecido Bauman. El EABE sigue manteniendo su esencia, pero la evolución lo lleva a crecer, cambiar, extenderse por iberoamérica, a replantearse principios o valores que entendíamos seguros y permanentes. ¿Es mejor o peor? No lo sé, pero lo que sí sé es que ES.

Y, finalmente, chapeau para las organizadoras, Manoli y Patricia. Es difícil lo que han hecho y lo han conseguido con creces. Enhorabuena.

Y nos vemos en el EABE (traeros el bañador, que Bauman sabía mucho).

AUTOR

Manuel Jesús Fernández

Todos los relatos por: Manuel Jesús Fernández

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