hierba

Sin esperar a escuchar cómo crece la hierba

Mi amigo Juan Sánchez Martos siempre dice que hay que pararse y escuchar como crece la hierba. Tener perspectiva, pausa, paciencia. Posiblemente es uno de los mejores consejos que se pueden dar y que es conveniente seguir, aunque yo no lo voy a hacer. Al menos con esta entrada.

Porque recién aterrizado del EABE de Almería, tengo que contarlo. No puedo esperar. Después llega la semana, las clases, las sesiones de evaluación,…. Llega la rutina y se van las emociones.

Es mi quinto EABE y como todos sabemos, independientemente de polémicas, debates u opiniones sobre cómo están organizados, cada EABE es un mundo dentro del mundo del EABE. De su magia, de su encanto. Para mí ha sido un gran EABE. Me lo he pasado genial, me he reencontrado con gente maravillosa, he conocido a personas no menos estupendas y, sobre todo, he sentido el EABE. Porque lo he palpado junto al resto de los asistentes y porque el EABE ha estado en la calle como algo vivo y dinámico. También, como desde hace un tiempo, he comprobado que el EABE va creciendo, adaptándose, variando y no es algo rígido, estático, encorsetado, sino algo muy vivo. Precisamente, ese dinamismo es algo muy positivo en un momento de cambio constante (de manera extraña en un ámbito educativo normalmente muy conservador) y nos encontramos con un EABE líquido, que crece porque evoluciona y no se queda estancado. Comprendo que alguien pueda pensar que este crecimiento haga que se vaya perdiendo una aparente esencia del EABE, pero, por el contrario, creo que tenemos que estar orgullosos de pertenecer a una familia que es capaz de cambiar, adaptarse, evolucionar y crecer manteniendo la ilusión, la emoción, la creatividad y el convencimiento de que otra Escuela es posible.

Pasear por Almería, conversar con amigos y nuevos conocidos, conocer experiencias educativas, reir, disfrutar, compartir. Emocionarte. EABE. Sólo queda agradecer a quienes lo han hecho posible que hayamos vivido un gran EABE, ha sido un gran trabajo.

Y ahora, sí, me echaré al suelo y escucharé crecer la hierba.

AUTOR

Manuel Jesús Fernández

Todos los relatos por: Manuel Jesús Fernández

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