El pasado jueves estuve en el Encuentro de Grupos de Trabajo del CEP de Lebrija como coordinador de un grupo sobre Flipped Classroom en el aula que hemos compartido este año en mi centro. La verdad es que el grupo de cinco docentes ha funcionado muy bien y, sobre todo, se ha conseguido llevar a las aulas iniciativas que han desarrollado o van a desarrollar metodologías activas gracias al paraguas metodológico flipped. Uso de dispositivos en el aula, estrategias cooperativas, utilización de classroom, creaciones de vídeos, kahoots, formularios de Google o vídeos enriquecidos por Edpuzzle han sido o van a ser, de aquí a final de curso, más frecuentes en el centro. Hemos dado un paso.

Os dejo la infografía que utilicé para explicar lo trabajado durante el curso por el grupo de trabajo:

Pero lo que más me llamó la atención y lo que más me “gustó” fue que rejuvenecí diez años. Es decir, la mayoría de los grupos de trabajo eran de evaluación de competencias (me niego a ponerles apellidos…por lo que pueda venir) y la mayor parte de los debates fueron sobre ese tema. Y fue un auténtico déjà vu. Me ví hace diez años junto a Miguel Ángel Ariza y Fernando Trujillo en los planes de formación de mi centro, con una buena parte del profesorado sin entender casi nada de lo que le decíamos y, es cierto, con poca o nula disposición a enterarse. Me ví también hace ocho años planteando en el claustro la elaboración de UDIS y chocándome con la pared de la incomprensión de un claustro mayoritariamente reacio a cualquier cambio. Sí, me ví allí, pero estaba donde estaba, discutiendo lo mismo, planteando lo mismo y llegando a las mismas conclusiones, diez años después. Me sentí más joven … y más desilusionado. También más, mucho más, escéptico sobre que ese planteamiento desde la administración tenga éxito. Porque es muy burocrático, es muy de arriba a abajo y es muy complejo. Porque sólo con visiones y proyectos de centro consensuados por una mayoría suficiente del profesorado de un centro, respaldados o empujados por un equipo directivo comprometido y por unas familias que participen en el proceso, se podrá llegar a algo.

Sí, es verdad que, analizando la situación, hay diferencias. Hace diez años éramos cuatro locos o visionarios, según se mire, los que teniamos claro que el camino del cambio iba por ahí y, ahora, hay alguno más.

Seguiremos poquito a poco, a ver cuánto tarda el próximo déjà vu. Aunque como tarde mucho, no lo voy a ver, aunque lo intuya.