El libro Flipped Learning, aplicar el aprendizaje inverso iba a ser una lectura preferente para este verano, pero Alfredo Prieto tuvo el detalle de solicitarme una reseña para poder contrastar mi visión con opiniones de otros docentes flipped que las están realizando y, lógicamente, este objetivo ha marcado un poco la lectura realizada.
Una lectura, por otra parte, que se hace muy bien. Es un libro que se deja leer, que engancha y que, por supuesto, recomiendo a cualquier docente, ya esté interesado en el flipped learning o ya quiera ver de qué manera encuentra algún resquicio para la crítica más o menos ácida del modelo.
Lo anterior es lo primero que destacaría del libro, aunque hay más cosas. Por ejemplo, la cantidad de recursos, consejos, ejemplos y pistas para poder implementar la metodología flipped en el aula. Aunque el libro está basado en experiencias universitarias y está orientado, principalmente, para docentes universitarios, esto no es un obstáculo para poder utilizar todo el bagaje que se refleja en su interior para poder hacerlo en cualquier otro nivel educativo.
También destacaría algo fundamental que es básico para poder validar el modelo de flipped learning como es lo que en el libro se denomina «ganancia de aprendizaje». En el libro queda demostrado con datos reales y exhaustivos la ganancia que se produce implementando el modelo flipped en comparación con otros modelos de aprendizaje más pasivos y tradicionales. Y sobre este punto me gustaría destacar la anécdota de la experiencia («David contra Goliat«) relatada en las páginas 75 y 76 donde se cuenta cómo se compararon los resultados de dos grupos para poder demostrar la hipótesis de que «la clase tradicional no es mal método sino que son pocos los profesores que la dan bien«. Y el resultado quedó muy claro:
Algo que también queda muy claro en el libro es que el flipped learning es un proceso y que es un proceso muy flexible y adaptable por los docentes decididos a implementarlo en las aulas. Un proceso que en el caso de los autores les ha llevado a crear dos variaciones como son el flipped learning forte y el flip in colours que consiguen mejorar el aprendizaje profundo del alumnado gracias al estudio previo de los materiales y su aprovechamiento para resolver dudas y aclarar conceptos.
Me gustaría destacar además que el libro puede servirnos muy bien para comprobar o terminar de darnos cuenta de que el aprendizaje activo es el más adecuado. Y con más motivo para la sociedad del siglo XXI donde nos encontramos. Y en este sentido me gustaría destacar el planteamiento que la universidad de Harvard, ya a finales del siglo XIX, planteó para la formación de sus estudiantes de derecho y que queda reflejada en la página 34 del libro:
Creo que queda claro que lo que se intentaba entonces, y lo que intentamos ahora, es esto: que la formación sirva para aprender y no para aprobar y salvar obstáculos o para «jugar a la Escuela» como afirmaban Bergman y Sams en su famoso libro. O sea, hacer las prácticas cuando uno se está formando y no una vez obtenido un título para el que no estás preparado, que es lo que ocurre casi siempre en cualquier nivel educativo. Y, creo que, los abogados de Harvard no tienen muy mala fama.
Otra tema destacable del libro y que justifica casi todo lo anterior es que con el flipped learning se aprovecha mucho mejor el tiempo de trabajo en el aula al vaciar las clases de explicaciones extensas y homogéneas y llenarlas de actividades de aprendizaje y de una mejor atención a las verdaderas necesidades de aprendizaje del alumnado. Y, eso, como decía mi querido José Luis Redondo es INVERTIR EN CLASE, que yo considero, y en el libro como digo se demuestra claramente, el punto fuerte del flipped learning: aprovechar al máximo el tiempo de clase para un aprendizaje auténtico.
Y, finalmente, desde un punto de vista personal, me ha dado muchas pistas y aclarado algunos conceptos que me van a servir para plantear este curso que viene nuevas actividades y un nuevo enfoque para la materia de Historia de España de segundo de bachillerato que llevamos flippeando cinco cursos.
En definitiva, se lee muy fácil, ofrece motivos más que de obra para desarrollar flipped learning, da pistas sobre cómo hacerlo y te puede ayudar en tu día a día en el aula. Por todo esto, sinceramente, os recomiendo el libro, ¡¡¡no os lo perdáis!!!
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