Estamos acabando el curso y el proyecto “Nos contamos la Historia” en 1º de ESO y, cavilando sobre cómo poder comprobar los aprendizajes del alumnado de manera activa y que mostrarán su dominio de la evolución histórica, pensé en la realización de una estratigrafia donde ordenaran cronológicamente diferentes capas y localizaran objetos de esos periodos. Pero claro, ¿cómo: dibújandola, redactándola, haciendo un esquema?
Nada me terminaba de convencer. Hasta que me acordé de unas bandejas de plástico apilables que el curso pasado compré para organizar los productos que iba entregando el alumnado. Y así nació el yacimiento en la “oficina”. Muy simple, cada bandeja sería un periodo e imprimiría imágenes de restos típicos de cada uno de ellos para que ordenasen adecuadamente las bandejas y colocarán en cada una de ellas los restos correspondientes.
La prueba la realizarán por parejas y podrán consultar el libro tres veces durante la misma por si no se acuerdan, por ejemplo, de alguna cosa como el orden de las etapas o qué restos corresponden a cada etapa. Mientras que una pareja la hace, otra la evalúa bajo mi supervisión y los demás alumnos estarán haciendo otra actividad paralela. La valoración será sobre 20 puntos, valiendo hasta 5 puntos colocar las bandejas en orden (sí, son cinco periodos: Paleolítico, Neolítico, Edad de los Metales, colonizaciones y pueblos prerromanos y romanización) y 1 punto cada resto (sí, son 15 objetos) que se coloque en la capa correspondiente.
Una prueba práctica, barata, fácil de organizar y de valorar y donde el alumnado podrá demostrar el desarrollo de sus competencias. Vamos a la oficina, a ver lo que descubrimos.
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