¿Para qué sirve una biblioteca familiar de casi tres mil volúmenes? Al plantearnos en casa esta pregunta comencé en marzo una serie de entradas con la etiqueta #librosquemarcan con la idea de destacar algunos libros que desde la infancia o casi adolescencia a la actualidad me habían marcado más. Pasando por el bachiller, las novelas, la carrera y la investigación histórica hasta llegar a las obras que ahora más me apasionan que son las relacionadas con temas educativos. Por eso, esta entrada, dedicada a estos últimos, es la sexta de la serie y la hago ya en este nuevo sitio personal y no en el anterior Direblog donde hice las cinco anteriores
Tengo que confesar que cada vez leo menos de la manera tradicional y que cada vez leo de otra manera, distinta, cosas sueltas de la red, capítulos determinados de ciertos libros, una lectura que podríamos llamar más digital y selectiva. No sé si será mejor o peor, o si siquiera hay que calificar o comparar los diferentes tipos de disfrute de la lectura, pero es lo que ahora mismo lo que me gusta y me viene mejor. Siglo XXI. Prisas. Transmedia. Cambio. Aprender y desaprender. Contexto digital y líquido.
Tengo que confesar también que me ha costado mucho seleccionar estas nueve obras. Pero creo que son las que más me han marcado.
Primero hablaré de los que me han marcado para mi enfoque educativo. El libro de Competencias Básicas de Antonio Montero me abrió el mundo de cómo plantear las competencias en la programación de aula y de centro y me ayudó a plantear el proyecto educativo del centro. Diez nuevas competencias para enseñar de Perreneaud me ayudó al proceso de cambio y encarrillar la visión que sobre el papel docente iba aflorando en mi práctica de aula. The Element de Ken Robinson me terminó de convencer de que la Escuela no está sirviendo para desarrollar el aprendizaje necesario de nuestro alumnado y que hay que hacer algo para poder conseguirlo. Propuestas para una Escuela en el siglo XXI de mi amigo Fernando Trujillo me terminó de convencer de los caminos a recorrer para desarrollar un aprendizaje auténtico en el alumnado. Y, finalmente, rEDUvolution de María Acaso, me convenció de la necesidad de «darle la vuelta a la Educación, la Escuela y el Aprendizaje». A pensar que es necesario romper lazos con una escuela ya moribunda.
El siguiente paso es ver los libros que me han ayudado a plantear cambios metodológicos en el aula y que están relacionados con el aprendizaje cooperativo desde diversos puntos de vista, destacando, sobre todo, el de Pere Pujolas por su planteamiento completo y práctico, aunque los otros dos me han aportado visiones que enriquecen el trabajo cooperativo en el aula.
Y, finalmente, para completar este repaso, dos libros, Socionomía y Educarse en la era digital, que me han ayudado a entender cómo lo digital y las redes enriquecen, mejoran y, sobre todo, cambian por completo el aprendizaje del alumnado y, por tanto, debe modificar el enfoque del proceso de enseñanza.
No están todos los que son, pero si son todos los que están. Y son los que más me han marcado. Termina la serie.
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