50 docentes, 10 retos, 1 semana de trabajo intenso. La iniciativa de la Fundación COTEC y Escuela21 ha llegado a su Ecuador y avanza con determinación para conseguir su objetivo: ayudar a la Escuela en la desescalada, en esta “nueva normalidad” que nadie sabe en realidad cómo va a ser. Por eso, #LaEscuelaEnDesescalada no es más que un gran reto de aprendizaje para los que tenemos la inmensa suerte de poder participar y de apoyo y ayuda activa para la comunidad educativa para que intente enfrentarse a la incertidumbre del futuro más cercano.
Después de una semana de aprendizaje y trabajo, el lunes próximo haremos una puesta en común donde veremos qué hemos estado haciendo para ir resolviendo los retos con el que cada grupo se ha enfrentado. En mi caso, y junto a tres grandísimos docentes como Adela Camacho, Haybad López y José Blas García, nos hemos dedicado al reto de cómo entender/atender las necesidades educativas del alumnado en la era post-COVID y para ello hemos contado con el apoyo de nuestra facilitadora, Paloma Moruno, y de una mentora especializada, Henar Rodríguez. Finalmente comentar que para el desarrollo de nuestra tarea contamos con dos documentos: un diario de aprendizaje y un canvas de producción donde vamos volcando todo lo realizado cada día.
En esta primera semana hemos desarrollado un proceso, guiados por quienes lo han diseñado, que nos ha llevado primero a conectar y después a escanear y comprender el reto, a ampliar miras y a concebir un producto final que refleje todo nuestro trabajo. En cada paso hemos estado debatiendo, analizando y concretando todo lo que nuestra inteligencia colectiva ha sido capaz de aportar para ir afrontando el reto que teníamos por delante y, a falta de una semana en la que nos centraremos en elaborar ese producto final. De todo lo debatido, trabajado y elaborado, yo me quedaría con lo siguiente:
- Para plantearnos atender, en cualquier momento, las necesidades educativas especiales, primero hay que entender de qué estamos hablando, a qué nos enfrentamos y cómo poder resolverlas en la sociedad y en la escuela.
- Las necesidades educativas son generales, no especiales, es decir, todos y cada uno de nuestros alumnos tienen unas necesidades y una características diferentes por lo que tenemos que plantearnos una personalización del aprendizaje que pueda atender esa diversidad y no sólo centrarnos en los alumnos NEAE.
- Hay que desarrollar una mayor autonomía del alumnado en general y una socialización más efectiva del alumnado con NEAE.
- Hay que conseguir una inclusión “activa” que implique atención en aula ordinaria, diseño DUA y estrategias de aprendizaje cooperativas.
- Durante la pandemia no se han descubierto nuevas necesidades porque lo que ha ocurrido es que no se han atendido, ni entendido, las que ya había. Además nos hemos dado cuenta definitivamente de que la Escuela es casi el único lugar donde, al menos, se intenta la inclusión, por lo que es necesario, con las lecciones aprendidas durante el confinamiento, establecer estrategias de trabajo y seguimiento del alumnado.
- La clave para resolver el reto está en el acompañamiento emocional porque permite asumir la realidad de las necesidades de aprendizaje
- Para poder atender las necesidades del alumnado tenemos que tener en cuenta las 3 P: presencia, participación y progreso porque de esta forma podemos cotejar, evaluar y mejorar las actuaciones que estemos desarrollando en el aula.
- La inclusión supone activar puertas de doble sentido para poder tener una mirada que permita entender y atender mejor las necesidades de manera más activa.
- Debemos establecer un proceso lineal que establezca medidas y estrategias en tres ámbitos: acompañamiento emocional, proceso de aprendizaje y estructura organizativa.
En definitiva, y a la espera de concretarlo todo, vamos a intentar conseguir una Escuela para todos, donde nadie se quede atrás.
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