Llega un momento del curso en que toca cambio. No termina una evaluación, más bien estamos a mitad de un segundo trimestre muy largo, pero coinciden en el tiempo una serie de circunstancias en la evolución de los diferentes cursos con lo que comparto aprendizajes que lo hacen posible.

En 1º de ESO vamos a terminar el proyecto «Quiero vivir en…» que abarcaba la parte de Geografía y vamos a empezar el siguiente proyecto sobre la Historia: «Nos contamos la Historia«.

En Historia de España de 2º de bachillerato, la incoherencia de la nueva prueba de acceso nos ha hecho cambiar el paso, pero ha permitido darle más protagonismo al alumnado que está creando sus propios materiales.

En Patrimonio Local de 2º de bachillerato, hemos terminado el proyecto «Cuéntame Lebrija» y vamos a embarcarnos en el último proyecto: un Trabajo Fin de Bachillerato (TFB) que tienen que elaborar hasta principios de mayo para explicarlo después hasta el final de curso.

Y en Patrimonio de 1º de bachillerato, estamos terminando el proyecto «Patrimonio Cercano» y próximamente empezaremos un proyecto que nos va a llevar a estudiar el patrimonio histórico y cultural de las ocho capitales de provincia, el proyecto «Patrimonio Capital«.

En definitiva, que seguimos creando, inventando, aprendiendo de otra manera, con un aprendizaje activo y usando la tecnología que la conectividad del centro nos permita. A nuestro ritmo, al ritmo del aprendizaje y no al ritmo que marcan evaluaciones o trimestres cerrados y encorsetados. Porque la Escuela actual tiene muchos muros, unos físicos, otros mentales y otros estructurales u organizativos. Acabemos con los muros y demos rienda suelta a la Escuela del Aprendizaje, abierta, creativa y sin límites.