En esa ruta por los CPR de Extremadura que estoy disfrutando este curso, este fin de semana tocaba Talarrubias. Y ha sido toda una sorpresa. Primero, por el paisaje de la siberia extremeña y, en segundo lugar, por la respuesta del profesorado de la zona.
Llegar a Talarrubias es todo un espectáculo. Arrozales, grullas, zonas inundadas, dehesas, montes, castillos, pantanos. Y eso que sólo he podido disfrutar una pequeña parte. Desde luego, muy recomendable, con fácil acceso y con pocos agobios. Y Talarrubias, un pueblo agradable y algunas cosas interesantes como su parroquia, su plaza mayor y algunas casas destacables.
Y en cuanto al taller, muy concurrido, 26 asistentes en una zona con pocos docentes. Y, sobre todo, interesados, decididos y con ganas de aprender y desarrollar metodologías activas. No dejo de sorprenderme de la capacidad de trabajo y de aprendizaje de docentes que se forman un fin de semana, viniendo de pueblos no muy cercanos y después de una semana de trabajo intenso.
De este taller me gustaría destacar el debate final sobre la posibilidad de desarrollar en el aula lo trabajado en el mismo y cómo ya algunos se habían decidido a desarrollar algo este curso en Educación Física de Secundaria, en Sociales y naturales de primaria o en ciencias naturales de secundaria. También surgió en el debate la necesidad de consensos en los claustros para poder desarrollar más efectivamente estas metodologías activas, o al menos de crear un equipo numeroso que plantee y desarrolle proyectos de aprendizaje.
La verdad es que me vine muy contento, por el paisaje y, sobre todo, por el paisanaje docente. Además, en la valoración final del curso, el profesorado confirmó las posibilidades. Así que, adelante.
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