Miedo, mucho miedo. La frase que da título a esta entrada me la dijo un alumno de 1º de ESO que desde hace unos días no para de hacerme comentarios sobre Franco. Al terminar la clase de hoy le comenté que no me gusta hablar de ese “personaje” porque no me gusta pensar en los crímenes que cometió y me soltó…”pero puso orden en España”. Qué habrá oído ese chaval de 12 años en su casa y/o en su entorno para poder decir eso. Puede ser una anécdota, pero no lo creo. Es reflejo del caldo de cultivo que ha hecho crecer al partido franquista que se presenta a estas elecciones: las banderas, la corrupción, la inmigración, el machismo recalcitrante, el miedo de la oligarquía económica a reformas que eliminen o reduzcan siquiera alguno de sus grandes privilegios. O lo que es lo mismo, el caldo de cultivo del fascismo.
Sí, Vox es sólo un partido. El partido nazi también lo fue, hasta que sólo quedó uno. Falange era sólo un partido, hasta que fue el único. Que ahora no pase lo mismo está en nuestras manos.
He estado dudando si plantear mi opinión como docente ante las decisivas elecciones del domingo. Dudaba si lo que yo intuía sería verdad o era fruto de un conocimiento de la historia que me lleva a pensar en ciertos reflujos abominables. Lo que he escuchado esta mañana me ha decidido.
Nos jugamos mucho. El desafío nacionalista y el desafío fascista hacen de estas elecciones una especie de referéndum sobre nuestra democracia. Para mí, no es cuestión de banderas, sino de derechos. Esto no debe ir de territorios sino de personas. Porque andar por los vericuetos de banderas, lazos, discusiones territoriales, etc, sólo nos lleva a las puertas de lo que muchos tememos: la irracionalidad y el fascismo. Y estamos muy cerca. Por eso sé con toda claridad a quién o quiénes no votar y por eso creo firmemente que es el momento de la movilización, de llenar las urnas de votos antifascistas y democráticos y demostrar que queremos seguir peleando por una mayor libertad e igualdad.
Por eso, sólo me falta decidir a quién votar.
Y bajando, o subiendo mejor, al terreno educativo, también la cosa es diáfana: defensa de la educación pública, de la igualdad de oportunidades, de la inclusión y de un cambio estructural del currículo. También sé quién apuesta por ello. Lo tengo claro.
Vamos a votar.
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