Este año 4º de ESO tiene las pruebas extraordinarias en junio, así que tenemos que valorar al alumnado antes para que pueda preparárselas, por lo que había que poner en marcha el mecanismo de evaluación que suelo utilizar en mis aulas: un trabajo final. En este caso, como es un «Trabajo» «Final» de Secundaria, un TFS.
Desde hace tiempo vengo desarrollando esta actividad al final de todos los cursos, los TFC al final de 1º o 3º de ESO, el TFB al final de 2º de bachillerato y, como este caso, el TFS. Es una manera de responsabilizarlos de su aprendizaje, de demostrar lo que han aprendido y la autonomía que han adquirido. Y, por qué no decirlo, una forma diferente de evaluar, de valorar al final de curso su aprendizaje, sin agobios de exámenes y con autonomía para ir a su ritmo para, al final, cumplir con los plazos y con la calidad adecuada de sus productos. Os dejo la infografía que describe el TFS. Empezamos el 10 de mayo.
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