Es la eterna pregunta. Es la típica excusa. ¿Y en selectividad, qué?

Quienes quieren cambiar sus dinámicas de aula hacen la pregunta para asegurarse y los que no quieren moverse de su zona de confort para justificar su inmovilismo. Y desde esta última postura lanzan la pregunta como un torpedo en la línea de flotación de la innovación, pensando que no hay respuesta o que es negativa porque no entienden o no quieren  entender los nuevos aprendizajes necesarios para la nueva sociedad.

Es curioso que quienes intentamos cumplir con el espíritu y la letra de la normativa, que recomienda el uso de metodologías activas y el desarrollo de las competencias y que estamos convencidos de las bondades de teorías del aprendizaje que reconocen la necesidad de aprender haciendo y de hacer al alumnado más autónomo y crítico, tengamos que dar explicaciones y estemos siempre en entredicho y en la diana de quienes siguen haciendo lo de siempre y no cumplen la normativa. Yo devolvería la pelota y preguntaría, ¿y en el curso, qué?, a ver cómo explican y justifican de qué forman trabajan y evalúan las competencias, cómo siguen las orientaciones metodológicas de la ley o cómo justifican un porcentaje importante de suspensos. Yo, desde luego, es lo que voy a contestar a partir de ahora.

Porque ya está bien de utilizar la normativa cuando interesa, léase pruebas externas, reválidas o similares y de olvidarla para todo lo demás.

Porque ya está bien de pensar que la EBAU o la selectividad mide aprendizajes, más allá de los memorísticos. O mejor dicho, es ciertoe que mide aprendizajes, pero sólo ciertos aprendizajes que se adaptan a cierto tipo de alumno. Y, por ello, el uso de metodologías activas consigue que otros alumnos tengan más posibilidades en ellas.

Porque ya está bien de pensar que el alumno que utiliza metodologías activas no aprende o no está preparado para pruebas externas. No aprende sólo de memoria sino que además adquiere una serie de habilidades y destrezas y de herramientas para saber aprender por sí mismo y a lo largo de la vida.

La experiencia y muchos estudios demuestran que aprenden más y de manera más integral y profunda y de que en esas pruebas ineficaces tienen, al menos, los mismos resultados que antes. Y como pienso que no hay que dar más explicaciones ni más motivos para el cambio metodológico, que quien no se lo crea que busque esos datos y se empape.

Si alguien no quiere cambiar metodologías y enfoques sobre el aprendizaje, ni cumplir con la normativa, ni con teorías del aprendizaje muy reconocidas y que son de sentido común, que no lo haga, pero que dé explicaciones de por qué no lo hace. Me gustaría escucharlas.

¡¡¡Ya está bien!!!