He tenido la suerte de compartir aprendizajes estos días con docentes cordobeses y extremeños en dos jornadas de formación, la tarde el jueves inaugurando el itinerario de ABP en Secundaria en el CEP de Córdoba y viernes tarde y sábado por la mañana en un taller sobre flipped learning en el CPR de Mérida.

La conclusión más general y destacada que he sacado de ambas formaciones es la que da título a la entrada: me he encontrado con docentes con muchas ganas de cambiar porque lo ven necesario y con muchas dudas porque todavía persisten ciertos enfoques relativos al curriculum, la evaluación y lo académico que dificultan dar el paso.

En Córdoba debatimos sobre ventajas e inconvenientes del ABP sobre la base de los resultados de un DAFO que elaboraron en grupos y que podemos ver en la siguiente infografía:

Los datos de esta matriz y el debate posterior reflejan la necesidad de desarrollar ABP y las dudas que plantea en cuanto a tres cuestiones claves: evaluación, desarrollo del currículo y control del aula. Dudas, como dijimos antes, que surgen de enfoques demasiado anclados en el enfoque convencional de proceso de aprendizaje y que lastran la decisión del cambio a pesar de su necesidad. Creo que para esto que estoy diciendo hay una afirmación del DAFO que indica que “lo que se aprende no se olvida” que refleja esta cierta indecisión porque sabiendo que ocurre esto, no nos lanzamos hacia el desarrollo del ABP de manera mucho más decidida. Sin embargo, por lo comentado en el curso de manera general e individual, podemos decir que ya se hacen bastantes cosas y que se está dispuesto a dar el salto. Lo comprobaremos el día 22 de este mes, cuando en una segunda sesión tengan que explicar los proyectos que han diseñado para sus aulas.

En Mérida, también me encontré con docentes decididos al cambio y que querían saber de primera mano cómo el flipped learning les puede permitir desarrollar metodologías activas en el aula y conocer herramientas, estrategias y experiencias para poder hacerlo. En este caso, las dudas se centraron más en el manejo de herramientas que en cambios metodológicos que ya muchos tenían asumidos como necesarios.

En definitiva, una suerte compartir dudas, experiencias y expectativas con docentes decididos a desarrollar o a seguir desarrollando metodologías activas en el aula.

Seguimos.