Ayer tuvimos la última sesión del curso El reto de los ODS e Secundaria del CEP de Córdoba que a principios de septiembre me propuso crearlo y tutorizarlo. La verdad es que la propuesta me sorprendió y supuso un reto importante, porque no es un tema claramente curricular, ni metodológico, ni de dominio de herramientas, ni de evaluación, que ahora (y siempre, creo) está tan de moda. O sí, es un tema que abarca todo esto porque es un tema de filosofía de la Escuela, de reflexionar sobre para qué sirve la Escuela, para qué enseñamos los docentes y para qué aprende el alumnado y cómo puede la Escuela ser una agente activo para la sostenibilidad y para crear futuro
Afortunadamente, llevo ya tiempo trabajando los ODS en el aula y difundiendo la importancia para la Escuela de la Agenda 2030 y tenía bastante material para empezar a montar la Moodle del curso, contando además con la inestimable ayuda de mi amigo Pepe Moraga, pero me surgía la duda de qué respuesta iba a tener entre un profesorado un poco hastiado por tanta burocracia, tantos cambios, pero que, a la vez, está deseando en muchos casos encontrar una salida, una luz que alumbre su día a día, motivos para dar sentido a la labor docente y, por otra parte, qué respuesta puede tener a este planteamiento de aula un alumnado necesitado también de motivación y de poder relacionar su aprendizaje con la realidad y el mundo que le rodea.
El curso se planteó para tres o cuatro sesiones, dependiendo del desarrollo del mismo y de las dinámicas creadas, una primera de planteamiento general, otra de planteamiento de la tarea o proyecto que debían diseñar y desarrollar en el aula y una tercera y/o cuarta (al final sólo ha sido necesaria la tercera sesión) para exponer los proyectos y darlos a conocer al resto de participantes.
Y la verdad es que se han presentado proyectos de aprendizaje muy interesantes, desde diferentes áreas, con actividades puntuales o más sistemáticas, proyectos comunitarios y de aprendizaje servicio y, lo más interesante e importante, proyectos de centro, entroncados con la tradición de trabajo de los propios centros y con otros proyectos ya consolidados como el Proyecto Aldea o Proyectos de Innovación.
Esas serían algunas de las primeras conclusiones, es decir, que los ODS se pueden trabajar de formas muy diferentes, desde proyectos de centro a actividades puntuales y que el conocimiento de los ODS y la implicación de las aulas en la sostenibilidad consolida y refuerza proyectos que ya se hacían en muchos centros.
Pero, también, del formulario de valoración final se pueden extraer otros conclusiones interesantes sobre el trabajo de los ODS en el aula
- Ayuda a plantear los contenidos de forma más contextualizada y motivadora
- Hace reflexionar al alumnado sobre los problemas que le rodean y de las posibilidades que tienen se colaborar en su solución.
- Permite el desarrollo de proyectos interdisciplinares y de centro ayudando a mantener y/o crear una identidad del mismo.
- Son, en palabras de uno de los participantes, “un filón didáctico enorme”.
En definitiva, creo que ha sido un curso corto, intenso y muy productivo, tanto en lo relativo a las aportaciones de los participantes como porque se ha entendido meridiana mente la importancia de llevar los ODS a las aulas.
Así que, seguimos caminado hacia el horizonte, haciendo cosas pequeñas y en lugares pequeños que puedan cambiar el mundo. Y haciendo de la Escuela un lugar de esperanza y de futuro.
Salud!!!
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