Este curso, después de dos años de margen y de treinta uno ininterrumpidos entre COU y 2º de bachillerato, de nuevo voy a compartir aprendizajes de Historia de España de 2º de bachillerato. Posiblemente no sea el mejor momento por la gran incertidumbre que se produce al haber, por una parte, un nuevo currículo con un enfoque claramente competencial y orientado al tipo de prueba que se quería implementar para 2026 y que, por otra, se haya prorrogado el mismo modelo de Selectividad (o EBAU, EVAU, PEVAU, …) que hay en estos momentos y desde la pandemia. Esto nos plantea ya una enorme duda sobre cómo enfocar la materia este curso: o nos centramos en preparar esa EBAU, EVAU, o cómo se llame, e incumplimos la normativa o cumplimos ésta dejando al centro, a las familias y, sobre todo, al alumnado con la duda de si eso les valdrá para lo que realmente les interesa a muchas, que es aprobar la prueba y/o sacar nota suficiente para lo que quieran estudiar posteriormente. Bien, ante esta duda, tengo que dejar claros algunos planteamientos claves sobre el tema de 2º de bachillerato para aclarar la propuesta que presentaré más adelante sobre el enfoque de la materia de Historia de España.
- Para mi, esa prueba es un gran fraude educativo puesto que todo el sistema educativo está condicionado por una prueba que no hará todo el alumnado que empieza la escolarización obligatoria (y ni siquiera un porcentaje elevado, puesto que, según mi experiencia, puede rondar sólo el 20 o el 25 %) y que, además, es una completamente contraria al el enfoque competencial del sistema educativo.
- En bachillerato, y en 2º también, se pueden desarrollar metodologías activas. Yo lo he hecho, otras compañeras, también. Y los resultados han sido, al menos, iguales de quienes han seguido la metodología tradicional. Negar la posibilidad de un aprendizaje más profundo, sistemático, crítico y creativo para el alumnado de bachillerato (vayan a hacer o no la dichosa prueba) es una muestra más del fraude educativo que planteé en el punto anterior.
- No cabe duda, tampoco, de la gran presión que familias y alumnado tienen y que reflejan sobre el centro y sus docentes. Negar la realidad no ayuda a solucionar los problemas que se nos puedan plantear, por eso hay que buscar soluciones que intenten desarrollar un aprendizaje más activo y real con la preparación de una pruebas donde el alumnado se juega bastante y explicar bien los motivos y los beneficios de esta propuesta.
Una vez planteada la situación, pasemos a explicar la propuesta. Se trata de un enfoque híbrido que, como he explicado antes, trate de compaginar el enfoque competencial del currículo, que tenemos que cumplir, con la mejor preparación posible de la EBAU, que sabemos que tendremos que desarrollar a lo largo del curso. Para ello, se han seguido los siguientes pasos:
- Englobar algunos bloques de la prueba de acceso para desarrollar proyectos de aprendizaje, con la posibilidad de trabajar alguna situación de aprendizaje al final de cada proyecto. Así, por ejemplo, el primer proyecto, nuestros orígenes, tratan los bloques 1, 2 y 3, es decir, desde la prehistoria hasta la llegada de los Borbones.
- Relacionar esos bloques con las competencias específicas de la materia y sus criterios de evaluación correspondientes.
- Plantear, de manera, todavía muy sintética, los demás aspectos: metodología, actividades, evaluación, calificación, etc.
Como podéis comprender es una propuesta para intentar salvar la situación creada en este momento de transición (y cuál no lo es podríamos pensar) intentando compaginar el enfoque curricular con el hecho innegable de que hay que preparar la prueba de acceso de la mejor manera posible. Espero que os interese y, sobre todo, espero comentarios y sugerencias que me ayuden (nos ayuden) a resolver esta tremenda contradicción (otra más) a la que nos vamos a enfrentar este curso.
Os dejo una infografía con los borradores elaborados hasta ahora (un planteamiento general de la relación curricular y los temas de la prueba) y el diseño básico del proyecto «nuestros orígenes».
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