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Y, de repente…un TFB

En el maremagnun en el que nos hemos visto envuelto todos, en esta distopía vivida en pleno presente, también la educación se está viendo afectada. En el caso que nos ocupa, vamos a tratar el tema de la evaluación, dentro de ella, la evaluación final y, bajando un nivel más, la de 2º de bachillerato. Sí, ese nivel tabú, que parece puesto ahí como una condena, como una espada de Damocles, para toda la comunidad educativa. Pues bien, el caso es que planteando cómo evaluar al final al alumnado, sobre todo en esta extraña y casi irreal tercera evaluación que estamos viviendo , había dos opciones: exámenes un poco sin sentido y sin muchas de las garantías convencionales que se le exigen a este tipo de pruebas, sólo por la costumbre o la incapacidad de evaluar (bueno, mejor calificar) de otra manera o trabajos más o menos complejos.

Y saltó la chispa: pero, caramba, si eso es lo que vengo defendiendo desde hace mucho tiempo y que ya puse en práctica algún año: el TFB (Trabajo Fin de Bachillerato). Así que resulta que esta situación anómala parece que puede propiciar que se pueda poner en marcha como una opción válida algo que apenas se puede hacer con el planteamiento obsesivo que se hace normalmente de 2º de bachillerato, es decir, olvidarnos de los exámenes memorísticos y poder desarrollar las habilidades, capacidades y competencias del alumnado con un trabajo de investigación que tengan que defender en clase, bueno, en videoclases. Así que, de repente, surgió de nuevo la opción del TFB.

En un primer momento se trató de terminar los bloques de la materia (nos quedan sólo 2) y después preparar el TFB de los bloques de la tercera evaluación (9,10,11 y 12). Con las últimas novedades sobre este nivel y la prueba de acceso, la otra opción es no ver los bloques que quedan, puesto que parece que no van a entrar en la EBAU, y dedicar todo el trimestre a preparar el TFB de los bloques 5 a 8, que serán posiblemente los que sí terminen entrando en una prueba que reduzca los bloques que se van a examinar, y los bloques anteriores los podemos ir repasando con las actividades de la página Preparando Ando. Lógicamente, todo esto queda a expensas de modificar lo que hay que cambiar cuando las instrucciones sean más concretas, tanto sobre el tipo de prueba como sobre los bloques de los que se van a examinar los alumnos.

El planteamiento es muy simple: como cada alumno tiene un blog o un site individual, lo pueden utilizar para ir desarrollando su TFB. Para ello, pueden elegir entre 4 temas y 4 personajes de cada bloque y hacer un tema y un personaje de cada uno de los 4 bloques y, finalmente, preparar uno de bloques, con su tema y su personaje correspondiente, para explicar en clase, o videoclase si seguimos con clases online.

Bueno, un vez recuperado el TFB como elemento de valoración del alumnado, queda esperar instrucciones sobre la EBAU para poder concretar y completar más la propuesta y compartir en otra entrada el modelo defnitivo. Quién lo iba a decir, ¡¡¡un TFB en 2º de bachillerato!!!

AUTOR

Manuel Jesús Fernández

Todos los relatos por: Manuel Jesús Fernández

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